Las crueles imágenes que la película “Apocalypse Now” muestra sobre la guerra de Vietnam, sumado a la cotidianeidad con que los soldados estadounidenses parecen vivir estos atroces hechos, generan en el espectador la sensación de estar viendo lo peor de la civilización. Soldados que con total tranquilidad aprietan el gatillo de su arma para asesinar a una persona; los muertos, o aquellas personas que todavía no tienen esa suerte y agonizan en algún sitio; los misiles que como vengalas en la noche dejan su rastro de luz para luego destrozar algún sitio, matando a toda la gente que ahí se encuentra, son acontecimientos comunes del paisaje. Y es que, después de todo, esto es la guerra: misiles, muertos, destrozos, acostumbramiento al horror, masacres.
En ella se pueden encontrar a sujetos que fácilmente podrían ser juzgados de locos pero que sin embargo no solo actúan con total libertad, sino que también dirigen a otras personas. Tal es el caso del sargento, que en la película, invade la costa de una zona de Vietnam disparando misiles y balas a todas las personas que se encuentran en ese lugar, con el propósito de que sus soldados puedan surfear en el río que desemboca en esa costa.
Uno tras otro, acontecimientos de esta naturaleza se van sucediendo a lo largo de la historia creando la sensación de un gran caos, gobernado por la locura de los soldados yanquis. Sensación que parece evaporarse, por lo menos algunos minutos, cuando Willard mediante sus reflexiones aporta un momento de razón entre tanta locura. Y esta dicotomía es, a mi entender, una de las mejores cosas que tiene la película. Cando la realidad se torna abrumadora y excesivamente atroz, estas reflexiones permiten ver un destello de razón, aunque sea temporario.
La libertad de acción que la guerra le da a los soldados proviene de que el objetivo que la ella les plantea es el de matar la mayor cantidad de personas (a las que llaman “enemigos”). Como su vida depende de esto, puesto que si no los matan hay más posibilidades que ellos mueran, se le concede esta libertad.
Antes de terminar quiero calificar como una de las mejores escenas de la película a aquella en que los soldados y su sargento invaden, disparando balas y misiles desde sus helicópteros, la costa de Vietnam para poder surfear ahí. En esta escena puede verse el poder que tiene una persona que tiene un arma con respecto al resto de la sociedad, quien tiene la posibilidad de elegir quien vive y quien muere. Por esta razón es necesario que la persona armada se encuentre bien psicológicamente, de lo contrario mataría a quien le venga en gana. Como en la guerra no hay personas sino aliados y enemigos, no hace falta que no este loca para tener un arma (mas allá de que yo crea que quien va a la guerra no esta del todo cuerda) sino solo que entienda esta clasificación.
lunes, 11 de junio de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario